La Terapia Cognitivo-Conductual se basa en la idea de que nuestros pensamientos afectan cómo nos sentimos y lo que hacemos. La TCC cree que nuestros pensamientos, en lugar de las personas o las situaciones, son los que causan nuestras emociones negativas.

El psicólogo te ayuda a identificar y cuestionar los pensamientos que te hacen sentir mal. Luego, juntos trabajan para cambiarlos y también los comportamientos que vienen de esos pensamientos. La TCC es un trabajo en equipo entre el psicólogo y tú, y a veces implica tareas para hacer en casa. Es una terapia que suele dar resultados rápidos y es efectiva para tratar problemas como la depresión y la ansiedad

A diferencia de la psicología tradicional, que se enfoca en los problemas y síntomas de enfermedades mentales, la psicología positiva se concentra en los aspectos positivos de la vida, como la felicidad, la esperanza, el optimismo, la creatividad y la perseverancia.

Esta forma de psicología busca resaltar nuestras fortalezas y lo que podemos hacer para mejorar la calidad de vida. No se trata de reemplazar las terapias tradicionales, sino de agregar un enfoque que ayude a encontrar más equilibrio, enfocándose en lo que está bien y en lo que podemos hacer para tener una vida más satisfactoria.

Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC)

La Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) es un enfoque terapéutico basado en la idea de que nuestras emociones y comportamientos están profundamente influenciados por los pensamientos que tenemos sobre las situaciones. Desarrollada por Albert Ellis, esta terapia se enfoca en identificar y cambiar los pensamientos irracionales o disfuncionales que provocan sufrimiento emocional y conductas problemáticas.

El proceso terapéutico en TREC implica ayudar al cliente a reconocer creencias y pensamientos negativos, evaluar su validez y reemplazarlos por creencias más realistas y saludables. La TREC se basa en la premisa de que, al cambiar la forma en que pensamos sobre los eventos, podemos modificar nuestras emociones y comportamientos, mejorando así nuestro bienestar y capacidad para enfrentar desafíos.

Es una terapia activa y directiva, donde el terapeuta trabaja junto al cliente para identificar los patrones de pensamiento destructivos y enseñar habilidades prácticas para manejarlos de manera más efectiva. La TREC es particularmente eficaz en el tratamiento de trastornos como la ansiedad, la depresión, la ira y las dificultades de relación, y promueve un enfoque más racional y flexible para la resolución de problemas.

La Entrevista Motivacional (EM) es un enfoque terapéutico que busca ayudar a las personas a descubrir su propia motivación para realizar cambios en su vida. En lugar de decirles qué deben hacer, el objetivo es que los pacientes exploren sus pensamientos y sentimientos sobre el cambio, especialmente cuando tienen dudas o se sienten indecisos. Se les invita a reflexionar sobre lo que quieren lograr y cómo podrían superar los obstáculos que los detienen.

Durante las sesiones, el terapeuta no impone soluciones, sino que apoya a la persona para que se dé cuenta de las razones que la impulsan a cambiar, ayudándola a tomar decisiones por sí misma. Esta técnica es muy útil en casos donde hay ambivalencia, como en problemas relacionados con el consumo de alcohol o adicciones leves, ya que permite que la persona se sienta entendida y más motivada para dar el siguiente paso.

La terapia humanista se basa en una visión positiva de las personas, valorando la singularidad de cada individuo. Los terapeutas de este enfoque se centran en aspectos como la creatividad, el amor y el desarrollo personal, ayudando a cada persona a alcanzar su máximo potencial mediante el crecimiento y el cambio.

La terapia humanista engloba otros métodos como la terapia Gestalt, la terapia centrada en el paciente y la terapia existencial, cada uno con un enfoque en ayudar a las personas a conocerse mejor y a dirigir su propio camino hacia la autorrealización. Es ideal para quienes buscan un proceso terapéutico que respete su individualidad y fortalezca su capacidad de cambio personal.

El Análisis Conductual Aplicado (ABA, por sus siglas en inglés) es una terapia basada en los principios del análisis conductual, que se enfoca en entender y modificar comportamientos observables. Su objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente en el tratamiento de trastornos como el autismo, mediante la identificación de conductas específicas y la implementación de intervenciones para promover comportamientos positivos y funcionales.

ABA utiliza una variedad de técnicas y métodos para enseñar habilidades nuevas, reducir conductas problemáticas y fomentar la independencia. Se basa en la idea de que el comportamiento es influenciado por su entorno y puede ser modificado a través de la motivación y el refuerzo positivo. A través de un proceso de evaluación y seguimiento constante, el terapeuta personaliza las intervenciones según las necesidades y objetivos individuales de cada paciente, promoviendo cambios a largo plazo y un desarrollo más adecuado en diferentes contextos de la vida cotidiana.