La Rehabilitación Cognitiva es una terapia que busca mejorar las funciones cognitivas afectadas por lesiones cerebrales o trastornos neurodegenerativos. A través de ejercicios personalizados, se trabaja en habilidades como la memoria, la atención y la resolución de problemas, ayudando a los pacientes a recuperar su autonomía y calidad de vida.

La Terapia Cognitivo-Conductual, o TCC, se enfoca en la relación entre nuestros pensamientos, emociones y acciones. La idea central es que, muchas veces, nuestros pensamientos influyen directamente en cómo nos sentimos y en cómo reaccionamos, más que los eventos o las personas en sí.

En TCC, el terapeuta trabaja junto con el paciente para identificar y cuestionar aquellos pensamientos negativos o «creencias disfuncionales» que generan malestar. Una vez que ambos comprenden cómo estos pensamientos afectan las emociones y los comportamientos, el terapeuta ayuda al cliente a reemplazarlos por ideas más realistas y positivas.

Este proceso requiere colaboración entre el paciente y el terapeuta, y suele incluir tareas o ejercicios para practicar entre sesiones. La TCC ha mostrado ser eficaz en un corto período para tratar una variedad de problemas, como la ansiedad y la depresión, ayudando a las personas a sentirse mejor y a tomar decisiones más saludables en su vida.

La Terapia de Aceptación y Compromiso ayuda a las personas a aceptar sus emociones y pensamientos difíciles, en lugar de luchar contra ellos, y a comprometerse con acciones que reflejen sus valores personales. Es especialmente efectiva para reducir el estrés, la ansiedad y el dolor emocional, promoviendo una vida plena y significativa a pesar de los desafíos.

Estas terapias ayudan a los pacientes a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos o irracionales que contribuyen a su malestar emocional. Mediante técnicas específicas, se trabaja en reemplazar estas creencias por otras más adaptativas, contribuyendo a mejorar la autoestima y reducir la ansiedad y la depresión.